Historia de la F1: Gilles Villeneuve

Recopilación de historias viejunas...
Responder
Avatar de Usuario
GV27
Mensajes: 5064
Registrado: Vie Mar 10, 2006 7:38 pm
Ubicación: Sant Cugat del Vallès
Contactar:

Historia de la F1: Gilles Villeneuve

Mensaje por GV27 »

Gilles Villeneuve, la estrella fugaz


Una visión apresurada de su figura no dejaba translucir la fuerza que anidaba en su interior. Era menudo y delgado. Sus ojos traicionaban un rostro que parecía el de un tierno joven. Su mirada, normalmente melancólica, sufría una inmediata transformación cuando finalizaba su particular ritual de colocarse el casco. Sus ojos adquirían una brillante viveza, una mirada de determinación inenarrable. Alguien decía que poseía la "mirada que mata".
Había dejado los nevados paisajes de Canadá y transformado el furor por las motos de nieve por la pasión por la velocidad en circuito. Las vecinas pistas de USA fueron testigos del fulgurante ascenso del menudo Gilles. La Can-Am y la Fórmula Atlantic fueron buenas pasarelas para que Gilles pudiera comenzar a emocionar al mundo.

El salto a la vieja Europa estaba cantado. Para el exclusivista mundo de la F1, este recién llegado era un desconocido más, un don nadie, que como otros intentaba alcanzar algo de notoriedad, un americano que procedía de los "trineos de nieve". Después de haberse salido de pista en literalmente cada curva del circuito de Silverstone, en Gran Bretaña, y a pesar de ello, lograr la novena posición en parrilla, pocos podían suponer que Gilles, en su primer GP, iba a dominar a pilotos con más experiencia y máquinas muy superiores. Jochen Mass fue literalmente humillado por este joven que, con un viejo McLaren M23 rodaría en cuarta posición, por delante de los M26, mucho más eficaces. Sólo un problema con la instrumentación que, estropeada, marcaba una temperatura excesiva, evitó que se consumara un resultado que hubiera hecho justicia a una actuación sorprendente. En este GP de Gran Bretaña de 1977, se puede decir que comenzó a nacer la leyenda de Gilles Villeneuve.

Cuando el aprecio mutuo que Lauda y Ferrari sentían se agotó, "Il Commendatore" tuvo que afrontar el problema de la sucesión del austriaco. La ruptura con Niki fue áspera y Enzo Ferrari necesitaba a alguien que sacara de la cabeza a los tifosi al austríaco. Tenía una larga lista, entre los que figuraban pilotos como Patrese o incluso Eddie Cheever, que llegó a probar en Fiorano, pero a la cabeza de ella está el nombre de Gilles Villeneuve, recomendado también por Chris Amon, ex-piloto de la casa de Maranello. Era una apuesta, un salto al vacío, pero Enzo Ferrari sentía que este canadiense desconocido, que tanto le impresionó en su primera salida con un coche de F1, estaba a otro nivel. Lo llamó a Maranello y Gilles acudió sin dilación. Enzo quiso comprobar quien era este chico y le hizo hacer una prueba. Ferrari pudo comprender que había dado con un talento natural y decidió que debutase en las últimas carreras del año 1977. Su valentía era grande, pero la falta de experiencia y las prisas por recompensar la confianza que Enzo Ferrari había depositado en él, le hizo cometer algunos errores. El fogoso Villeneuve inició su andadura en F1 coleccionando trompos, salidas de pista y algún accidente, y su debut con Ferrari, en Mosport, terminó en salida de pista.

En Japón, en Monte Fuji, Gilles se encontró con otro genio del volante; Ronnie Peterson tampoco era un personaje que se amilanara fácilmente. Dos monoplazas luchan al final de recta, ninguno de los dos pilotos está dispuesto a ceder, sus ruedas viajan a centímetros unas de otras mientras giran a más de 220 Km/h. Un ligero toque y el Ferrari se eleva del suelo, describiendo una terrorífica pirueta que detiene el tiempo. Las redes de contención no pueden frenar el vuelo que el monoplaza, fuera de control, ha iniciado. Cuando el coche aterriza, Gilles desciende milagrosamente indemne de su Ferrari, pero en ese lugar donde, por razones de seguridad, estaba prohibido que nadie se situara, dos personas que no siguieron la recomendación perdieron la vida bajo el, ahora, inerte bólido. Estas personas nunca debieron estar en ese lugar, pero la prensa comenzó a criticar la elección de este desconocido. Hasta el propio Enzo Ferrari tuvo que salir en su defensa. Era su apuesta e iba a continuarla hasta el final.

Poco a poco, Gilles, que había recibido el apodo de "el aviador" por sus "vuelos" fuera de la pista, iba haciendo tesoro de su experiencia y fue concretando algo de lo mucho que tenía en su interior. Aunque sin tener demasiada suerte en los resultados, la exhuberancia de su pilotaje enamoró al público. Luego de una primera victoria en Canadá, la última carrera del '78, en Montreal, los "tifosi" se rindieron a sus pies. Sin llegar a ganar demasiadas carreras, el corazón de sus aficionados era ya suyo.
El '79 se perfilaba como el año de la consagración. Ganó en Kyalami, Suráfrica, en una carrera puramente táctica, y dió una lección de pilotaje en Long Beach, dominando la carrera de principio a fin. En Dijon '79, las cámaras de televisión de todo el mundo fueron testigos de uno de los duelos más electrizantes de la historia moderna de la F1. Gilles Villeneuve y René Arnoux hicieron subir a las estrellas el ritmo cardíaco de todo el mundo. Su lucha era por la segunda posición de carrera, pero su ardor más bien parecía que fuera el título mundial que dependiera de esa conquista. El Renault del francés tenía problemas de alimentación, y Villeneuve tenia las gomas en un estado lamentable, así como los frenos, después de la presión a la que habian sido sometidos durante la carrera. Tantas veces René superaba a Gilles, éste le devolvía la jugada con una maniobra al límite de la física. Su voluntad era irrefrenable. Voluntad de victoria, aunque fuera parcial, vencer cada vuelta, es más, en cada curva, no importaba la posición. Para Gilles no cabía en la mente la idea de llegar a meta en el puesto que merecía la máquina, para Gilles, correr era ganar. René tuvo que conformarse con la tercera plaza y los dos con haber dado a la F1 uno de sus episodios más remarcables. Para terminar la temporada, realizó una carrera memorable en Watkins Glen, EE.UU. , donde bajo un intenso aguacero logró una increible victoria. Llegado éste punto se le compara incluso con Tazio Nuvolari; una comparación que parecería sacrílega, pero que es avalada por el mismísimo Enzo Ferrari.

El '80 fué un año para olvidar. Después del título de Jody Scheckter, Villeneuve es designado como número uno del Cavallino, pero sin embargo, Ferrari decepciona. El 312 T5 es un coche nefasto, cosechando uno de los resultados globales más desastrosos de la historia de Ferrari.
A pesar de todo, es de remarcar el debut en los entrenamientos de Imola del Ferrari 126 C, el primer Ferrari dotado de un motor turboalimentado. Villeneuve lo descartará, pero en el año siguiente le dará más de una alegria.

El año siguiente fué el que le llevó un paso más allá. Después de un inicio de campaña sin éxito, llegó el GP de Mónaco, en el que los motores turbo parten con desventaja. Nadie apuesta sobre los Ferrari; dotados de dichos motores turbo no pueden ganar en una pista tortuosa, entre aceras y guardarrailes. Pero ocurre lo increible; durante gran parte de la carrera lidera Piquet, seguido de Jones, y más atrás Villeneuve. Éste ya habia logrado un fantástico segundo puesto en entrenamientos. Y finalmente, Alan Jones, con problemas en la bomba de gasolina, se ve obligado a ceder el paso a Gilles en el último momento. Dos semanas después, en el GP de España, en el madrileño circuito del Jarama, Gilles acuñó otra carrera de leyenda, concediendo un aplaudido "bis". Con una salida fulgurante desde la cuarta fila de parrilla, conquistó la segunda posición, que pronto convertiría en primera después de la salida de pista del Williams de Alan Jones, y con una clase superior mantuvo tras de él, durante 66 vueltas, a una jauría de 4 coches, todos ellos superiores a su Ferrari: El Ligier de Lafitte, el Mclaren de Watson, el Williams de Reutemann, y el Lotus de De Angelis, listos para un eventual error. Pero Gilles poseía la tenacidad de "Black Jack" Brabham, la habilidad de Rindt y la autoridad de mantenerse en cabeza de Ascari. Gilles ganó la carrera con un margen de 1 segundo entre él y el quinto clasificado.

Al final del año, a pesar de sus grandes actuaciones, no consiguió estar luchando por el entorchado, aunque menos remarcables fueron las actuaciones del recien llegado Didier Pironi, piloto francés de evidente origen italiano, llamado para sustituir a Scheckter, que se había retirado al terminar la temporada de 1980. Y fué precisamente al año siguiente, en la temporada '82, cuando Pironi empezó a cobrar más protagonismo. Durante las primeras carreras solo Gilles logra hacer funcionar el 126 C2, un coche que conserva el increible motor turbo ya utilizado la temporada anterior, pero que consta de un chasis mejorado que le permite estar más a la par con los otros bólidos en circuitos más lentos. A pesar de todo, el inicio de año no le permite aún ir rápido, el coche necesita una rápida evolución. En Brasil, Gilles ofrece una prueba de su talento, batiéndose en duelo con Nelson Piquet y Keke Rosberg. Se saldrá de la pista por un fallo en los neumáticos. En Long Beach, será descalificado por el famoso alerón irregular, después de la denúncia de Tyrrell.
Finalmente, en Imola, llegá el GP para Ferrari. La F1 está dividida en dos, los equipos ingleses, unidos bajo la bandera de la FOCA (Formula One Constructors Assotiation) y todos los demás, bajo la bandera de la FIA (Federacion Internacional del Automovil). A causa de diversas discrepancias entre los dos grupos, en Imola los equipos ingleses desertan, y solo disputarán la carrera catorce pilotos, entre los que están los dos Ferrari y los dos Renault. Los coches franceses terminaron rompiendo motor, y la carrera quedaba totalmente en manos de los dos pilotos rojos; Villeneuve, y Pironi. Desde boxes se les indica que reduzcan el ritmo, con un escrito "SLOW" (despacio) en las pizarras para ambos pilotos. Villeneuve obedece a la ley del equipo, esperando que su compañero Pironi haga lo mismo, respetando las posiciones del momento. Pero no lo hace. El canadiense, sorprendido, cree que es todo un juego ideado por Didier para encandilar al público, que vive una "aburrida" carrera a causa del dominio de Ferrari. Pasan las vueltas y cada vez que Villeneuve se pone líder, Pironi le devuelve la jugada. Se acercan las últimas vueltas, y Pironi no cede. Llega la última vuelta y, Villeneuve, esperando que el francés ceda su posición, intenta un adelantamiento imposible, que fracasa. La victoria es para "Didi" mientras que Gilles es segundo. En el podio se ve claramente la cara de Villeneuve, que se siente traicionado no solo por Pironi sino por todo el equipo Ferrari.

Su increíble voluntad, su determinación inigualable, su virtuosismo en dominar el medio mecánico y su capacidad para escapar indemne de los accidentes más espectaculares, hacía que en el pensamiento de la gente, Gilles fuera algo sobrenatural, casi inmortal. Es por eso que los aficionados de todo el mundo permanecieron incrédulos ante las noticias de agencia que anunciaban el fin de la vida de Gilles. Fue en Bélgica, en el circuito de Zolder, un maldito 8 de mayo de 1982. Todavía, una vez más, nuestro llorado Gilles partía para dar el máximo de sí. Pironi, su compañero y enemigo, le aventajaba en 120 milésimas de segundo. Su orgullo no le permitía estar detrás del francés tras la traición sufrida 15 días antes en San Marino. Su mítico Ferrari número 27 se lanzaba a lo que los italianos llaman "il giro de la morte".

Nunca una expresión pudo expresar tan fielmente lo que iba a ocurrir. Villeneuve alcanza a el March de Jochen Mass, que discurre a velocidad reducida. En una milésima de segundo, Gilles decide superarlo por la derecha. En ese mismo instante, el March número 17 decide apartarse sobre ese mismo lado. Una incomprensión de quinta a fondo que cancela para siempre un sueño, una vida. El Ferrari, que golpea la rueda trasera derecha del March, vuela por encima de éste, cae, y se eleva de nuevo, describiendo un "loop" fatal. Los anclajes que unen el asiento al monoplaza ceden, separándose el piloto de la máquina como el alma se separa del cuerpo. Cuando desciende, los cabellos del "Príncipe" se confunden con la hierba. A las 21:12, un comunicado del hospital de Lovaina anuncia el fallecimiento de Gilles Villeneuve. Gilles inicia su último y definitivo ascenso. Esta vez para ocupar un lugar privilegiado en el Olimpo de los Dioses de la F1.
Imagen
Avatar de Usuario
wxat
Site Admin
Mensajes: 14993
Registrado: Vie Mar 03, 2006 3:54 am

Mensaje por wxat »

Gracias por la Historia de este grande, GV.

Saludos.
Avatar de Usuario
Piru
Mensajes: 855
Registrado: Sab Mar 11, 2006 1:30 pm
Ubicación: Madrid - Zgz / Zgz - Madrid

Mensaje por Piru »

Joe, cn tu nick es más dificil pero lo voy a intentar...

Geuveveintisietepedia...

¿qué tal? ;-) :lol:

Gracias por la clase, un saludo!
Imagen
Avatar de Usuario
Schumi01
Mensajes: 3555
Registrado: Lun Jun 19, 2006 7:39 pm
Ubicación: Baleares, Menorca
Contactar:

Mensaje por Schumi01 »

Los videos/documentales que he visto de GV... un gran piloto y un trágico final :sad: .

Como te lo curras GV27 :lol:
Imagen
Avatar de Usuario
skase
Mensajes: 318
Registrado: Vie Mar 10, 2006 6:00 pm
Ubicación: Badajoz
Contactar:

Mensaje por skase »

Muchas gracias para recordar un autentico fenomeno de la historia del motor, que solo el destino le quitó la posibilidad de demostrar todo su talento.
Así habló wxat:
Rossi tiene chatter, el resto ponen excusas. Amén.
Y también:
El que quiera fijarse donde frena, se perderá donde acelera...
Imagen
Responder