Historia de la F1: Jim Clark

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GV27
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Historia de la F1: Jim Clark

Mensaje por GV27 »

Jim Clark, mucho más que un piloto


En la historia de la Fórmula 1, quedarán para siempre grabadas las más importantes combinaciones piloto-coche. Recientemente hemos visto uniones que han dado muy buenos resultados, como Schumacher-Ferrari o, algo antes, Hakkinen-Mclaren. Pero en el pasado hubo otras asociaciones que han acabado siendo legendarias, como Senna-McLaren, Mansell-Williams, Piquet-Brabham, Lauda-Ferrari, Villeneuve-Ferrari, Andretti-Lotus, Ascari-Ferrari y varias más, pero sin lugar a duda, la más representativa alianza piloto-constructor, fue la que formaron Jim Clark-Lotus. Tal vez por haber corrido el legendario escocés la totalidad de las carreras con el equipo del no menos legendario Colin Chapman, o tal vez por los 2 campeonatos mundiales obtenidos, o tal vez por competir y ganar en las 500 millas de Indianápolis, o tal vez por haber ostentado en su época los récords en cuanto a victorias, pole position y vueltas rápidas, o tal vez por haberse despedido de la F1 con una contundente victoria en el Gran Premio de Sudáfrica de 1968, o tal vez por haber sacudido al mundo automovilístico aquella lluviosa tarde del 7 de abril de 1968 en Hockenheim, cuando por causas aún desconocidas, el Lotus de F2 se estrelló contra un árbol cerrando para siempre uno de los capítulos más exquisitos de la Fórmula 1.

La historia de James Clark comenzó el 4 de marzo de 1936 en Kilmany, Escocia, y desde chico, comenzó a sentir la pasión por la velocidad. Con el paso del tiempo, los éxitos lo acercaron a lo más alto del deporte del motor, y así llegó en 1958 hasta quien fuera su inseparable “socio”: Colin Chapman. Una prueba sobre un Lotus de F2 fue lo único que el joven Jim necesitó para demostrar que se estaba ante la presencia de un fuera de serie. La pareja pasó victoriosa por la Fórmula Junior y la F2, para llegar a la cima teniendo que competir contra los grandes nombres del momento. Tras un abandono en su debut en el circuito de Zandvoort, en Holanda, en su segunda participación obtuvo un 5º puesto, pero lo que debería haber sido festejado como un triunfo, fue tristeza debido a que aquélla fue una de jornada negra para la categoría por la muerte de 2 pilotos: Alan Stacey y Chris Bristow. En la carrera siguiente, en Reims, fue nuevamente 5º y 2 carreras después, en Oporto, subió al podio. Nada mal para ser su quinta presentación...

Al año siguiente (1961) tuvo otros 2 podios y la primera de sus 27 Vueltas Rápidas, en el circuito que lo había visto debutar un año antes y que más adelante sería escenario de sus más grandes días: Zandvoort. La penúltima carrera de aquel año fue en Monza, donde Clark fue protagonista de un accidente que involucró al por entonces “casi” campeón Wolfgang Von Trips. A raíz de ese accidente, el alemán no sólo perdió la posibilidad de consagrarse campeón, sino que lamentablemente también perdió la vida, junto a 14 espectadores. Por supuesto, llegaron acusaciones de todo tipo hacia el escocés, que debió soportar varios procesos judiciales, hasta que finalmente fue absuelto en 1965.

Para 1962, estaba reservada la alegría del primer triunfo que llegó en otro de sus circuitos preferidos: Spa-Francorchamps. Ese año, obtuvo otras 2 victorias (Reino Unido y EEUU), 5 vueltas rápidas y 6 pole position. Teniendo en cuenta que por aquel entonces, el campeonato mundial constaba de 9 carreras, su supremacía era solamente un aviso de lo que estaba por venir el año siguiente. 1963 fue el año de la consagración, con la obtención del ansiado Campeonato Mundial, ganando nada menos que 7 (Bélgica, Holanda, Francia, Reino Unido, Italia, Mexico y Sudafrica) de las 10 carreras que componían el campeonato, además de lograr 7 poles y 6 vueltas rápidas.

En 1964, tuvo una temporada sumamente irregular. De las 10 carreras que formaban parte del calendario, abandonó en 5 (en todos los casos debido a roturas mecánicas), y obtuvo un 4º puesto y tres triunfos (Holanda, Bélgica y Reino Unido), llegando a la última carrera con oportunidades de consagrarse bicampeón. Y todo parecía marchar de maravillas, habiendo partido desde la Pole y liderando 63 de las 65 vueltas. Un problema de motor lo obligó a abandonar faltando una vuelta, y aunque quedó clasificado 5º, perdió el campeonato que quedó finalmente en manos de John Surtees.

Para 1965, tendría preparado un comienzo a todo Clark: comenzó ganando en Sudáfrica, para luego de estar ausente en Mónaco, volver ganando en Bélgica y continuar victorioso en forma consecutiva en Francia, Reino Unido, Holanda y Alemania. Es decir que con 7 carreras disputadas, había ganado 6 y la restante la había “sacrificado” para cruzar el océano y deleitar a los americanos que asistieron a su paseo triunfal, siempre con Lotus, en las míticas 500 Millas de Indianápolis, siendo ésta además la primera victoria de un europeo en el famoso Brickyard de Indiana. ¿Qué más se podía pedir?

A partir de ese momento, su suerte no sería la misma: en 1966 tuvo una actuación bastante opaca, donde "sólo" logro 1 triunfo en EEUU y 2 poles, probablemente a causa del pobre rendimiento del propulsor BRM H16, que fué el utilizado por el Lotus 43, mientras que 1967 fue un año de transición para el equipo Lotus, que comenzaba una nueva etapa en Zandvoort, con la implementación de un novedoso motor de 8 cilindros en V, que Clark llevaría a la victoria el mismísimo día de su debut, siendo aquel 4 de junio de 1967 una fecha histórica, porque se trataba de la primera victoria de uno de los más exitosos motores de la Fórmula 1: estamos hablando nada menos que del Cosworth de Ford que obtuvo la para nada despreciable cantidad de 175 victorias. Con ese Lotus Cosworth, Clark ganó también en Silverstone y en Watkins Glen. Pero la gran demostración de superioridad (y de que la suerte ya no estaba con él), había llegado en la penúltima carrera en Monza, donde toda su magia salió a la luz: tras salir en la pole y estar en la punta en las primeras vueltas, se retrasó hasta el decimoquinto puesto con una vuelta perdida. No sólo recupero la vuelta, sino que volvió a la cabeza en la vuelta 61, de las 68 que duraba la carrera. Sin embargo, a pocos metros de la llegada, se quedó sin combustible, y aunque logro llegar con el impulso, lo hizo en el tercer puesto. Esto, y el hecho que desde su aparición con el nuevo motor había logrando la pole en 6 carreras, eran dos cosas que no dejaban dormir tranquilos a sus rivales... sin duda que 1968, sería un año durísimo para cualquiera que no fuera Clark. Y el año comenzó de la misma forma en que había terminado el anterior: Pole Position, Triunfo y Vuelta Rápida, que confirmaban todas las especulaciones previas acerca de la fuerte posibilidad de convertirse en el tricampeón más joven de la historia...
Aquel 1 de enero, cuando el circuito de Kyalami iba quedando desierto, y el público se retiraba después de haber asistido a la aplastante victoria del escocés en el inicio de un nuevo Campeonato Mundial, nadie podría haber imaginado que en la carrera siguiente a disputarse el 12 de mayo en Jarama, ya nada sería igual. Iba a faltar nada menos que el parámetro con el que todos los pilotos deseaban medirse, aquel hijo de granjero a quien el destino le tenía preparada una trampa mortal, en lo que debía haber ser una simple jornada de F2 en Hockenheim. Sobre un Lotus, por supuesto.
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Schumi01
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Mensaje por Schumi01 »

Grande GV27 :D :D :D :D
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wxat
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Mensaje por wxat »

Jim Clark siempre ha sido uno de esos hombres a los que más he admirado, aunque no llegué a verle correr (al menos con uso de razón). Tal vez sea porque fué el único que hizo que a mi padre le brillaran los ojos cuando me contaba sus hazañas (y mi padre vió a unos cuantos, os lo garantizo).

No hace falta indagar mucho para saber del respeto que gozaba por parte de aficionados y contrincantes ni para poder evaluar la importancia de sus resultados. Lástima de su mortal accidente, cuyos motivos exactos nunca se llegaron a aclarar (y lo más posible es que no lo hagan nunca...).

Gracias por contarlo, GV.

Saludos.
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