Extraido del Especial Grandes Premios 2000 de Motociclismo.A lo largo de la temporada se vieron y vivieron muchas situaciones que merecieron convertirse en titulares de revistas y peroiódicos, y en reportajes de televisión, Fue el caso por ejemplo, del calvario pasado por Alex Crivillé, de la vuelta de un Roberts al trono de la categoría reina, de la irrupción en 500 de un tal Valentino Rossi rebosante de carisma y calidad, o de la sorpresa que supuso la aparición en escena del ultraespectacular Garry McCoy. Todos fueron temas estrella a lo largo de los siete meses que duró el Campeonato del Mundo, pero a la hora de buscar qué ha hecho diferente la temporada 2000 de las anteriores la respuesta es evidente: la enorme igualdad existente.
En los 51 años de historia del Campeonato del Mundo la categoría de 500 no había visto nada parecido. Y no sólo porque no menos de ocho pilotos diferentes hubieran sido capaces de ganar en algún momento un GP, sino también porque situaciones como la de ver 16 pilotos en parrilla de salida en un mismo segundo o la de ver en Alemania terminar en carrera a los seis primeros en un margen de 3 segundos, no fueron excepciones sino moneda corriente.
A priori nada hacía presagiar qué se viviría a lo largo de la temporada. Sí es cierto que el equipo HRC, auténtico rodillo en la categoría en las últimas seis temporadas, había tenidos problemas en la pretemporada y llegaba al inicio del Mundial en unas condiciones que despertaban muchas dudas, pero pocos dudaban que tras un par de carreras, Alex Crivillé estaría delante, si es que no lo estaba desde el inicio. Como máximos aspirantes a poner en entredicho el reinado de HRC se barajaban los nombres de Kenny Roberts por parte de Suzuki y de Max Biaggi por el lado de Yamaha.
INICIO CON SORPRESAS
Sin embargo, el resultado que se dio en Welkom no fue sino una muestra de lo que la temporada depararía. Como se esperaba, las Honda del equipo HRC se encontraron con muchos problemas en la primera carrera. Los entrenamientos realizados por el equipo Repsol YPF un par de semanas antes del GP, sólo sirvieron para que Sete Gibernau pudiese, en una vuelta "con los ojos cerrados" marcar la pole. No sólo sería la única del piloto español a lo largo de la temporada, sino también la del equipo HRC.
En carrera el equipo Honda no existió, pero, al contrario de lo esperado, ni Biaggi ni Roberts estuvieron delante. Sorprendentemente el GP de Sudáfrica sería ganado por Garry McCoy y su Red Bull Yamaha. Tras pasar en las primeras vueltas en medio del pelotón, el piloto australiano fue remontando a un ritmo vertiginoso, dando la sensación de participar en una carrera diferente a la de los demás. Su cabalgada, adornada con derrapadas de quitar el hipo, hizo correr ríos de tinta en todo el mundo, pero nadie se lo tomó demasiado en serio.
Dos semanas más tarde el Mundial llegaba a Sepang. Allí la crisis de Honda se confirmó. La primera NSR se clasificó sexta y la carrera fue ganada por Roberst por delante de Checa y un McCoy que pareció querer demostrar que lo de Welkom no había sido una anécdota.
En Malasia surgió por primera vezun factor que acabaría convirtiéndose en el gran protagonista en la primera mitad de la temporada: la lluvia. En esta ocasión, obligó a interrumpir la carrera antes de que se completaran las vueltas previstas.
La tercera cita del Campeonato llevó a equipos y pilotos hasta Suzuka, circuito que se había quedado fuera del Campeonato en el '99 por supuestos motivos de seguridad. Antes de comenzar los entrenamientos Max Biaggi partía como gran favorito, ya que su demostración del '98 no se le había olvidado a nadie. Sin embargo el italiano no salió desde la pole el domingo y sí Kenny Roberts. Cuando el semáforo se puso verde se pudo ver una carrera que parecía más propia del "octavo de litro" que de 500. Hasta ocho motos llegaron a a rodar en el pelotón de cabeza. Los intentos de Roberts por saltar del grupo resultaron infructuosos, y el exceso de ganas de Biaggi y Crivillé llevan al suelo al primero y a salirse de pista al español a cuatro vueltas del final. La victoria caería del lado de Norifumi Abe, tras ganarle la partida en el sprint final a Roberts. El triunfo del piloto del equipo de D'Antin supuso la segunda victoria de la temporada del neumático trasero de 16,5 pulgadas,, reintroducido por Michelin. Había aparecido en escena otra de las piedras angulares de la temporada.
POR FIN EUROPA
Todo el mundo esperaba que con la llegada del Mundial a Europa las aguas volverían a su cauce y que Crivillé, Biaggi y compañía volverían a los puestos que les correspondía por status. En un circuito en el que el español había sido imbatible durante la mismísima Edad de Oro de Mick Doohan, se podría comprobar la verdadera dimensión de la crisis de Crivillé. El balance final no fue precisament positivo para el Campeón del Mundo. Sí, había ganado la segunda manga de una carrera interrumpida por la lluvia, pero en el cómputo final Alex no pasaba del cuarto puesto. Roberts volvía a ganar una carrera, y Checa hacía su tercer segundo puesto de la temporada por delante de Valentino Rossi. El americano asumía en Jerez el liderato del campeonato; ya no lo abandonaría en toda la temporada.
Los chaparrones intermitentes protagonizaron los entrenamientos de viernes y sábado en Francia. Pero tanto la primera como la segunda sesión cronometrada se realizaron sobre asfalto seco. Los pilotos del equipo Marlboro Yamaha supieron sacar rendimiento a los entrenamientos privados realizados en Le Mans un par de semanas antes, conquistando la "pole" y el segundo puesto de la mano de Biaggi y Checa respectivamente. Pero ni el italiano ni el español materializaron en carrera los buenos augurios. Biaggi se caía y Checa erraba en elección del neumático trasero. Abe, muy en forma en esta primera parte del campeonato, acabó defendiendo los intereses de Yamaha. El japonés a punto estuvo de sumar su segunda victoria, pero un renacido Crivillé se la arrebató a un par de curvas del final. Después de cuatro carreras bajo mínimos, el Campeón del Mundo resurgió con una fuerza arrolladora. Crivillé dió la sensación de estar de vuelta y sus rivales fruncieron el ceño. Alex volvía a ser competitivo, y eso implicaba que el más fuerte de los rivales aparecía en escena.
EL ESPECTÁCULO ITALIANO
Dos semanas después de Francia quedó patente que la vuelta de Crivillé no había sido sino un episodio aislado. Tres caídas, una de ellas en carrera, le sumieron en el desánimo y encendieron la mecha de unas desavenencias dentro del equipo HRC que explotarían más adelante. Los problemas de Crivillé quedarían totalmente diluidos en Mugello ante el espectáculo que brindaron Loris Capirossi, Max Biaggi y Valentino Rossi. Tras clasificarse para la primera fila de parrilla, para el delirio de los "tifossi" los tres protagonizaron la carrera más intensa y emocionante de la temporada. Más que una carrera fue un duelo de honor. a Rossi, Capirossi y Biaggi solo les valía ganar. Cualquier otra cosa habría significado una deshonra. Rossi se cayó primero; Biaggi después, y Capirossi ganó su GP. Checa sacó provecho del duelo fratricida protagonizado por los italianos entrando segundo en meta por delante de la Aprilia bicilíndrica de McWilliams. El sexto puesto de Roberts posibilitó que el piloto español empatase en el primer lugar de la provisional con el americano. El de Yamaha parecía haber tomado el relevo de Crivillé.
En el GP de Catalunya, segunda de las tres visitas que el Mundial tenía previsto realizar a España, la lluvia y el frio fueron de nuevo protagonistas principales. El domingo se corrió de nuevo bajo un fuerte aguacero, lo que permitió a Roberts sumar su tercera victoria de la temporada y su segundo triunfo delante de una decepcionada afición que había visto como los tres pilotos locales más importantes, Checa, Crivillé y Gibernau, habían quedado fuera de combate por sendas caídas. Abe hacía segundo por segunda vez en las últimas tres carreras, mientras que Valentino Rossi subía por tercera vez al podio en los cuatro últimos GGPP.
El ecuador del Campeonato llegaba con el GP de Holanda. La Catedral tampoco se libró de la lluvia que venía condicionando el campeonato desde que éste lelgara a Europa. La carrera se interrumpió esta vez cuando quedaban 17 vueltas por cubrir, pero antes, Roberts había sufrido una escalofriante caída al gripar su Suzuki. Barros y Crivillé aprovecharon la ausencia del americano para hacer primero y segundo, mientras que Checa conseguía recortarle once puntos en la provisional. Tras ocho GGPP disputados, seis pilotos diferentes habían conseguido subir a lo más alto del podio, lo que demostraba la igualdad existente en la categoría reina.
COMIENZA LA CUENTA ATRAS
La carrera que iniciaba la cuenta regresiva del campeonato, Gran Bretaña, no se libró del "agua bendita". Pero el líquido elemento a esas alturas ya no resultaba protagonista. Sí lo fueron, en cambio Valentino Rossi y Jeremy McWilliams. El primero, porque conquistaba en el más septentrional de los GGPP su primera victoria en 500. McWilliams, por su parte, repetía podio -antes lo había logrado en Mugello-, aunque esta vez estuvo luchando por ganar. El tercero en el cajón, Roberts, a estas alturas, y especialmente tras el descalabro sufrido en Assen, pasó a plantearse las carreras pensando en sumar el mayor número de puntos posibles. en Donington añadió 16 más a su casillero, mientras que Checa, todavía segundo en la provisional, se tuvo que conformar con cinco.
Consciente de que tenía que pasar al contraataque, Checa llegó a Alemania dispuesto a tomar la iniciativa. Su actitud quedó rapidamente neutralizada al sufrir una fortísima caída en el momento que pasó a flirtear con los límites de su Yamaha. Un nuevo intento acabaría con Carlos de nuevo por los suelos. A partir de entonces, Checa se dió cuenta que sus aspiraciones en el Campeonato se sustentaban más en la irregularidad de los demás que en sus propias fuerzas. A Crivillé las cosas no le fueron mucho mejor en el GP que servía como antesala al parón estival del Campeonato. Una nueva caída supuso el cuarto cero en su casillero y un nuevo mazazo en la ya debilitada moral del todavía Campeón del Mundo. En
Sachsenring, Barros se llevó la carrera por delante de un Rossi que llegó desde las profundidades del pelotón hasta el segundo puesto. Tercero de nuevo fue Roberts, que seguía sumando; en Alemania, nueve puntos más que Checa.
DE VUELTA DE VACACIONES
Brno, la primera cita tras las vacaciones de verano, vio la vuelta a los primeros puestos de Max Biaggi y Garry McCoy. En su peor temporada desdeq ue llegó al Mundial, lo mejor que había hecho el italiano había sido tres cuartos puestos en diez carreras. Pero en la República Checa, en su circuito talismán, arrolló. Entró en meta con siete segundos de ventaja sobre un Rossi cada vez más suelto sobre la 500 y un Garry McCoy que volvió a ser el de principio de temporada en cuanto se celebró una carrera con temperatura ambiente normal. Y es que la falta de esperiencia de Michelin con los neumáticos de 16,5 pulgadas y el pilotaje ultraradical del australiano habían imposibilitado el buen rendimiento enlas condiciones no habituales que habían estado persiguiendo al campeonato desde que llegara a Europa.
El Mundial se despedía de Europa con dos nuevas carreras en la Península Ibérica: Valencia y Portugal. En Cheste, McCoy hizo vibrar las gradas del "circuit" tras una cabalgada en solitario plagada de derrapadas entrando y saliendo de las curvas. Roberts apuntaló el campeonato tras la caída de Rossi, por aquél entonces ya único rival de cara al título. Los españoles volvieron a fallar. El mejor de ellso fue Checa (séptimo), mientras que Crivillé volvía a no terminar la carrera tras irse al suelo en un exceso de precipitación.
En Portugal casi se repitió podio, es decir, McCoy y Roberts, mientras que Rossi sustituyó a Biaggi. El de Suzuki encaraba el sprint final de temporada con una ventaja de 47 puntos. Aún ganando Rossi la próxima carrera, un sexto en Brasil le bastaría para arrebatar a Crivillé su título de Campeón del Mundo.
En Río de Janeiro sonó la samba. Rossi cumplió con su deber de ganar, y Roberts con el suyo de hacer sexto. Hubo momentos en que lo tuvo en el aire, pero como sucediera con Crivillé el pasado año, al final Brasil fue talismán para el de Suzuki. Pero en su caso, al fiesta de celebración no existió, porque Kenny y su séquito cogieron un avión el mismo sábado por la noche camino de California.
En Motegi, con la corona ya en su poder, Roberts hizo buena su promesa de pasar a correr en pos del triunfo en lugar de pensando en los puntos como en Brasil. Obtuvo la victoria más abrumadora del Campeonato hasta entonces, rodando un segundo más rápido que el resto del pelotón. Por detrás de él, el duelo Rossi/Biaggi centró la atención. Como sucedió en Mugello, pero esta vez con la ausencia de Capirossi, ambos corrieron de tú a tú. Fue un duelo intenso, electrizante pero deportivamente impecable. Al final ganaría "el bueno", Rossi, que con su segundo puesto se garantizaba el 2 en su carenado de cara a la temporada 2001.
Con todo el pescado vendido, el Mundial llegó a Australia para la última cita del año. fué un colofón de lujo. Los pilotos parecieron ponerse de acuerdo para protagonizar al carrera más disputada de la temporada. Hasta un par de vueltas del final el grupo de cabeza estuvo formado por hasta ocho pilotos, que se pasaron y se repasaron sin cesar. Al final Biaggi, Capirossi, Rossi y Barros se jugaron la victoria a cara de perro en la última vuelta, entrando en meta por este orden.
Los españoles cerraron el año en la misma línea que habían mostrado durante la temporada, es decir, decepcionando. Ninguno de ellos consiguió terminar la carrera. Gibernau se retiró por problemas de neumáticos, Crivillé se cayó cuando rodaba 12º y Checa lo hizo antes de completar la primera vuelta cuando comandaba el pelotón. Se reincorporó a la carrera para volver a caerse poco después, con lo que el tercer puesto de la provisional con el que había llegado a Australia acabó convirtiéndose en un sexto.
Como decimos, un final a la altura de la temporada que habían protagonizado.
Saludos.